El mercado de lujo, históricamente considerado inmune a las fluctuaciones económicas, comienza a sentir los efectos del enfriamiento económico global y se anticipa una recesión para el año próximo. Este panorama que trazan las consultoras para la economía de EE.UU, tiene correlato en el escenario local.
En el barrio top de Puerto Madero, comerciantes de los más diversos rubros señalaron a lanacion.com que hace al menos dos meses que las ventas se contrajeron. Las estimaciones de bajas en las ventas varían entre el 30 y el 60 por ciento.
En el mediodía de una semana a medio gastar, las veredas de Puerto Madero están prácticamente desiertas de compradores. Apenas algunas mesas ocupadas en los bares, uno que otro cliente en una tienda o una peluquería.
"¿Viste lo que es la calle? No circula nadie", se queja Carina Bárbara, la encargada de la tienda María Vázquez. Explica que, por lo que conversa con sus colegas, esta es una realidad común en los comercios. "En nuestro caso, tendremos que ajustarnos y mucho", dice cuando se le consulta por las posibles pérdidas de personal.
Efectivamente, entre sus vecinos la impresión es similar. En la peluquería Z Hair Design una clienta disfruta a sus anchas de todo el local para ella. Frente a la caja registradora, su dueño, Martín Zapaterra, acepta hablar de la crisis. "Como verás, la crisis también pega en Puerto Madero, éste no es un mundo aparte como se cree", dice, y esboza una sonrisa a medias.
Cuenta que "la clientela no es mucha" y que "bajó bastante en los últimos dos meses", porque decreció tanto la demanda de argentinos como de extranjeros que visitaban su local. Como consuelo apunta que, en la argentina se corre con una ventaja frente a las crisis: "Siempre pegan menos porque, como buen argentino, ya sabíamos que tarde o temprano, después del crecimiento, viene la caída". Esa es, dijo, charla obligada con las clientas que visitan el local.
Entre quienes gustan de un buen vino también se impuso el ajuste. Al menos así lo manifiestan referentes del sector. En el caso de Winery, el vendedor Sebastián Fortino calcula: "Las ventas bajaron entre un 30 y un 40 por ciento", porque, si bien la cantidad de clientes se mantiene más o menos estable, se cuidan en gastar.
Otro comerciante del sector graficó: "Si un día bueno de ventas antes facturaba 5000 pesos, hoy apenas estoy en 3000". Esperan que, la llegada de fin de año, le devuelva la fiesta en sus locales.
Por su parte, uno de los concesionarios top del lugar que pidió no dar su nombre contrasta: "A esta altura del mes tendríamos que haber vendido 25 vehículos; sólo salieron tres".
Puerto Madero, en fotos
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